FERNANDO COELLAR MARQUEZ

 

¿Cómo hacer una historia de vida que trasciende los datos biográficos y cronológicos para develar el impresionante espíritu creativo de alguien que nación bajo el influjo de la séptima constelación del zodiaco? ¿Cómo hacerlo cuando sabemos que los dibujos, los colores, las formas, las líneas le acompañaron siempre? ¿Por dónde iniciar el relato de alguien que, desde sus primeros años escolares, sus cuadernos y cualquier minúsculo papel estaban llenos de seres, de personajes y de historias que recogían su profusa y desbordada imaginación? ¿Cómo hablar de alguien quien con la sencillez de su mirada observa más allá de las formas en la más viva alquimia entre su mente, su cuerpo y su espíritu avivar senderos por donde reencontrarnos con la magia y la fantasía? ¿Cómo hablar de alguien que se acerca a temas mundanos y espirituales con la transparente mirada de su niño interior?

 

No hay otra, sin duda, que degustar cada uno de sus propuestas plásticas que lindan con los mundos encantados, donde los seres y sus formas nos transportan con una impresionante naturalidad a

aquellos tiempos cuando éramos parte de esos mundos, de estas historias y éramos alegres, aventureros y felices. ¿Cuál ha sido su camino? ¿Cómo y cuándo inició su recorrido?

 

Comenzaré diciendo que Fernando Coellar Márquez inició sus estudios formales en los talleres de la artística cuencana Eudoxia Estrella, sin dejar desde entonces de transitar en un intenso proceso de aprendizaje que le llevó a diferentes escuelas de arte y universidades ecuatorianas y, sobre todo de Estados Unidos, donde estudió artes, diseño y pedagogía. Sus sueños de artista, así como la profunda certeza de su vocación le llevó a migrar y fue la perfecta y mágica conjugación del tiempo y el espacio –como en la curva de Moebius– que le abrió puertas que le permitieron mostrar su madera y potencialidad artística.

 

Traía en su mochila de migrante sus sueños, sus dibujos, sus pinturas, sus títeres y sus jugutes ; y fueron ellos que le llevaron en su tránsito por el mundo de la creación y de las artes –gracias a la excelencia alcanzada en su trabajo– a convertirse en Director de Arte, durante diez años, de la principal casa escénica de producción Roschu Inc., para tiempo después, incorporarse a Merv Griffin Productions como Director Creativo, donde diseñó eventos y entornos visuales para Paramount Pictures, Paul Allen/Vulcan, Inc., Disney, Universal Pictures, Sony Pictures, MTV, Dolce & Gabbana, InStyle, Travel & Leisure, entre otros.

 

La producción de Fernando Coellar abarca diversos lenguajes plásticos mediante los cuales nos lleva a través de una narrativa de lo mágico y lo surreal a atmósferas y obras en volumen para convertirnos en partícipes de un espacio tan volátil como acogedor. Son las tradiciones y los cuentos, son los lugares fantásticos que recorrió cuando era niño; son los sueños y la energía de la gente; son las cosas y las actividades sencillas pero bellas de la vida, como señala Fernando, la que le inspiran en esa incesante y provocadora producción artística.

 

Fernando usa su excepcional sentido del arte y el diseño para crear mundos de fantasía únicos de color, luz e imaginación que le llevaron, en coherencia con su espíritu libre e indomable, a crear luego su propia casa de diseño visual, dirección de arte y producción: Pink Elephants Inc. Tan sugestivo nombre nos remite a la realidad fantástica con que vive su arte y sus días, así como en cada uno de los proyectos artísticos en los cuales se involucra.

 

 Pink Elephants le ha permitido dedicarse a la expresión visual inventiva y creativa, y le ha llevado a vincularse con productoras y casas de diseño exclusivas, empresas de estudios y organizaciones privadas como The Oscars, Hermes, Prada, Chanel, Versace, St. Johns, Mark Jacobs, Old Navy, The Walt Disney Company, ABC Studios, Disney Channel, Fox Studios, Universal, Mattel, Warner Brothers, The Children's Place, The Disney Store, PS Arts Foundation, Los Globos de Oro.

 

Toda esta incesante actividad innovadora en el inacabable juego de su espíritu creador la realiza mientras prepara obra para exposiciones individuales y colectivas porque la “búsqueda es constante, diaria” y le sirve de tamiz ante el permanente bombardeo de imágenes, “nuestra mente es como un cedazo en donde se ciernen esas imágenes, ideas y experiencias para asimilar aquello que nos puede servir para el proceso creativo”. Ha participado en sinnúmero de muestras colectivas en los Estados Unidos, México y Ecuador. Pero, además, realizó la exhibición de una serie de ilustraciones creadas para el libro “Recetas mexicanas caseras de la cocina de doña Carmen” muestra, una vez más, que su inspiración es infinita y “lo fantástico siempre está a nuestro alcance” y que “no hay demasiado complejo o inusual para que lo creemos” como bien señala la presentación de Pink Elephants.

 

Recorrer el camino andado de Fernando Coellar Márquez nos lleva a mirar el mundo, los seres y sus relaciones desde la alegría que da detener el tiempo y el espacio para adentrarnos en aquellos instantes infinitos cuando la fantasía, los sueños y las realidades nos envuelven y nos devuelven al sentido primigenio de la vida.